Cofradías de Moral de Calatrava

Cofradías y Hermandades de Pasión

Autor: Lorenzo Fernández Molina

Durante el siglo XV y comienzos del XVI ya existían en nuestra ciudad Hermandades y Cofradías que mantuvieron un carácter gremial o étnico, generalmente, dedicadas a obras pías. Mantenían el cumplimiento de sus reglas dentro de los límites de su capilla titular.
En El Moral existían 10 cofradías; 4 ermitas y 5 hospitales: Cofradías con alta dotación económica, con legados de tierras de cereal y viñas, muchos de estos legados anteriores a 1493. Lo cual nos da idea de la alta demanda de población existente.
Las 10 cofradías son: S. Pedro, S. Antón, Santiago, S. Bartolomé, S. Juan, Santa María, Santa Catalina, Santísima Trinidad, S. Andrés y Corpus Christi,
Las ermitas son: Sta. María de la Sierra (no está relacionada como titular de cofradía), Santa Catalina, Santiago y San Antón (en el año 1502) titulares de sus cofradías respectivas.
El día de su fiesta patronal estas Hermandades ya celebraban procesión hasta su ermita o la iglesia parroquial. Y se acompañaban de pendón con vara y cruz con imágenes pintadas de su advocación.
En mitad del siglo XVI, existe un aumento de Hermandades, y las anteriores van evolucionando y convirtiéndose en cofradías como respuesta contra el luteranismo y a favor de las corrientes teológicas emanadas del Concilio de Trento. Las antiguas hermandades se van transformando en Hermandades de Pasión bajo el impulso de las Órdenes Religiosas. Todas las ciudades y pueblos reaccionan saliendo a las calles en procesiones catequísticas, representando la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús; portando a sus Santos Titulares y con ello proclamando abiertamente la fe católica fuera de los templos. Aparecen las procesiones de la Semana Santa.
La primera manifestación de estas Hermandades de Pasión en Moral las tenemos merced a que en el 1770, el Conde de Aranda quiso hacer un censo de las Cofradías y Hermandades existentes en España, para lo cual solicitó al Conde de Benajiar, Intendente General de la Provincia de Ciudad Real, los datos de los distintos pueblos de la provincia. Moral responde a esta solicitud el diecisiete de Noviembre de 1771 por los señores: Juan de Mata García Pardo, alcalde ordinario de la villa; Francisco Javier Jiménez Coronado y Cuellar, regidor, capitular perpetuo y decano; Alphonso García Nieto y Linares, regidor y capitular; Pedro Antonio Castañiza y Juan Eusebio de Maya, diputados del común; don Juan Bautista Bruno, procurador síndico general y Juan Francisco Vázquez Moreno, procurador síndico personero.
En este siglo XVIII era costumbre vestir túnica en las procesiones y llevar la cara tapada con un capuchón elevado en forma de pirámide. Cada cofradía tenía uno o varios pasos. Sus imágenes pertenecían casi todas al siglo XVII.
En Moral se mencionan once cofradías o hermandades no gremiales. Entre ellas se citan cuatro Hermandades de Pasión a saber: «La hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Cofradía de la Santa Veracruz», «Santísimo Sacramento de la Parroquial», «Nuestra Señora del Rosario» y la » Cofradía y hermandad de Jesús Nazareno».
Si ya en censo de Aranda figuran como debidamente constituidas estas Hermandades, también se deduce de ello que con bastante anterioridad a éste 1770 habían sido fundadas.
Soledad y Veracruz:
El culto a la Veracruz (Verdadera Cruz) se sabe que fue extendida por los franciscanos en España ya que la Orden franciscana era la encargada de la custodia de los Santos Lugares de Jerusalén. La Hermandad de la Veracruz debió ser fundada en torno a 1630, fecha en que conocemos que la comunidad de frailes franciscanos de Moral ya asistía a los actos parroquiales, y tuvo como iglesia matriz la ermita franciscana (hoy Convento), hasta que se dispuso de una ermita propia e independiente. De ello podemos deducir que el culto a la Virgen de la Soledad y a la Santa Veracruz es bastante anterior a 1770. En 1770 la Hermandad ya tenía su ermita.
En el censo de Aranda de 1770 figura: «La hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Cofradía de la Santa Veracruz fundada en la Ermita de dicha Sagrada Imagen de Nuestra Señora bajo varias constituciones para su mejor régimen (con aprobación del Excelentísimo Cardenal Arzobispo de Toledo), celebra dos Procesiones en los días de Jueves y Viernes Santo con las insignias e imágenes que a este fin tiene en dicha ermita. Su costo con la cera que se gasta en dichas procesiones es de doscientos y ochenta reales en que se incluyen los gastos de la festividad que dicha cofradía celebra en su ermita el día de la Invención de la Santa Cruz, con función de Iglesia, de vísperas, Misa y sermón.....».
Cofradía del Santísimo Sacramento de la Parroquial:
Establecida bajo ciertas constituciones para su mejor régimen y gobierno, con aprobación del Excelentísimo Señor Cardenal Arzobispo de Toledo y señores de su Consejo. Está compuesta de cuarenta cofrades; celebra cada año la fiesta de cuarenta horas con tres funciones de Iglesia correlativas de Vísperas, Misa y Sermón; teniendo de manifiesto el Señor Sacramentado en los tres días de Carnestolendas. Además en las procesiones del Santísimo Corpus Christi, y su octava concurren dichos esclavos cada uno con su acha, como también a los divinos oficios de Jueves y Viernes Santo alumbrando a dicho Señor Sacramentado Cuyos gastos ascienden regularmente a seiscientos reales......»
Cofradía de Nuestra Señora del Rosario:
«Establecida en la Parroquial de esta villa. No se ha presentado su aprobación y constituciones, por expresar el Pioste, que se han perdido.
Celebra anualmente las fiestas a saber: doce Procesiones con dicha Sagrada Imagen alrededor de la Plaza donde esta situada la citada Parroquial en los primeros Domingos de cada mes respectivamente; su costo es de sesenta reales. Una función de Iglesia en el día ocho de Septiembre con asistencia de Cabildo y sermón; su costo setenta y un real. Al día siguiente una misa de elección de oficios; su costo tres reales. La procesión del Resucitado en la  mañana de Pascua; su costo diez y siete reales. Juntamente ascienden adoscientos cuarenta y dos reales.
Jesús Nazareno:
En el censo de Aranda de 1770 figura: «La Cofradía y hermandad de Jesús Nazareno fundada en la Parroquial de esta villa bajo diferentes reglas y constituciones con aprobación de dicho Excelentísimo Señor Arzobispo de  Toledo y su consejo de la gobernación y celebra al año las fiestas siguientes: La función de Iglesia en el día del Dulce Nombre, la procesión de Viernes Santo y sermón de Pasión. Su costo asciende a ciento cincuenta y dos reales que juntos con doscientos reales que se regulan de aceite para la lámpara de la citada Sagrada Imagen incluso lo que se le da al Sacristán para cuidarla, Importan trescientos cincuenta y dos reales».
Los regidores de esta Hermandad eran en aquellos años: el Hermano Mayor y ocho escuadras y todos ellos eran elegidos. Posteriormente las Hermandades y Cofradías sufren la intervención de la Ley de Desamortización. La de Mendizábal y sobre todo Madoz que se  cebó sobre la provincia de Ciudad Real por su apoyo al carlismo, hicieron que se dejaran las Hermandades bastantes años sin actividad.
Soldados romanos:
Los soldados romanos no aparecieron por generación a finales del siglo XIX, ellos tienen un largo recorrido histórico. No figuran como Hermandad en el censo de Aranda (1770) estando en esta fecha ya debidamente constituidos aunque, debemos precisar que, con otra denominación y probablemente sin estatutos que los rigieran o vincularan a este censo.
Los soldados romanos o “armaos” son el reducto de las antiguas “soldadescas” que fueron prohibidas en el siglo XVIII por los desórdenes que organizaban. Las soldadescas fueron hermandades con una estructura interna paramilitar. Formaban militarmente en la calle o en el templo. Se organizaban bajo el mando del “capitán”, el “sargento” y el “alférez”, los demás hermanos formaban la “escuadra”. Desfilaban en las procesiones y durante los oficios del Sábado Santo formaban en el centro del templo. Cuando el sacerdote anunciaba la Resurrección de Nuestro Señor, hacían sonar carracas y tablas y se tiraban de bruces al suelo provocando con el choque de sus armaduras un gran ruido.
Fuera de la Semana Santa las Soldadescas actuaban los días de ánimas (el día de los difuntos), en carnaval, y en Moral en la procesión del santo Rosario.
Las soldadescas de Moral se componían de un solo bando.
Tenían por costumbre salir varios días por el pueblo al son de un tambor, con espadas desenvainadas y bebiendo en demasía lo que les llevaba enfrentarse por poco motivo que se presentase.
Supresión de Cofradías y guerra civil
Fueron suprimidas en el siglo XVIII. De las cinco sólo serán reorganizadas tres de ellas: Soledad, Jesús Nazareno y la Compañía Romana. Ya su recorrido en el tiempo es el mismo, tanto en su supresión, paralización en la guerra civil como en sus reorganizaciones. Con anterioridad al año 1882, ya se celebraban procesiones aunque sin estar las cofradías debidamente restauradas y constituidas.
Ya sobre el año 1882, se refundó la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno; “Cofradía de Penitentes”, que fue aprobada por el Obispado en tiempos del Dr. D. Casimiro Piñera, Obispo Prior de las Órdenes Militares.
Los organizadores, firmantes del primer reglamento, fueron los Sres. Julio Jiménez, que posteriormente fue Secretario del Juzgado de esta localidad, Luis
Matas Labrador y Galo Pérez.
Tenemos constancia de un hecho insólito ocurrido el día de miércoles santo en abril de 1892. El párroco, nuevo en la población, prohibió subir al púlpito a un hermano de la cofradía de Jesús. El pueblo se amotinó y a punto estuvo de ocurrir una tragedia sino se esconde en una de las casas inmediatas. El pobre párroco ignoraba una costumbre, existente desde tiempos inmemoriales, en que un cofrade daba lectura todos los años a la sentencia de muerte del Señor.
Como podemos ver las sentencias en esa fecha ya eran bastante viejas y leídas por cofrades de Jesús. Pienso que las actuales, que hoy día ya no se cantan, fueron una recomposición adaptada de las que mencionamos. Como nos dice Miguelico “Sentencias” el libro es de 1913 y bien podría tener como adaptador a D. Luis Espinosa o bien D. Agustín Salido lo hubiera compuesto antes de su muerte y a Miguelico no se lo hubieran dado hasta esa fecha.
La Corporación Romana fue refundada el año 1875, según su 2º Libro de Actas, y es el 12 de noviembre de 1892 cuando se aprueban sus Constituciones por el Sr. Obispo Dr. D. Casimiro Piñero, siendo Párroco D. Ulpiano Luna Golderos. Firmaban este primer Reglamento. D. Andrés Linares,
como Capellán; el sacristán, archivero y Secretario D. Antonio Huertas; y por la
asociación, el capitán D. Vicente Ferrari, D. Luis Cózar y D. Luis Villaoslada. Con motivo de la creación de los “Armaos” se organizó la procesión del Jueves Santo, que todavía perdura, con los pasos del Prendimiento, Amarrado a la Columna (desgraciadamente desaparecida) y la Virgen de la Soledad.
La Cofradía de la Soledad se reorganizó entre los años 1886 a 1890, sin que se pueda precisar la fecha, porque se destruyeron los documentos de reorganización de la Hermandad.
Desde estas refundaciones, finales del siglo XIX y comienzos del XX, era costumbre vestir túnica en las procesiones y llevar la cara tapada aunque ninguna de las dos Hermandades (Soledad y Jesús Nazareno) portaba capirote.
Viene el paréntesis de la guerra civil y tras ella se reorganizan las Cofradías. Se suplen en parte las imágenes destruidas: “la Santa Cruz” (donación de la familia Echalecu), Jesús orando en el Huerto (adquirida por los “Armaos”), el Santo Entierro (donado por don Ángel Nieto Delgado); “Jesús con la Cruz a Cuestas” del imaginero sevillano Sr. Illánez (donación de D. Antonio Torres), S. Juan (adquirido por la Hermandad de Soledad). Con posterioridad se aumentó en dos más los pasos de Semana Santa y con ellos sus Hermandades respectivas: El “Cristo de la Flagelación” fue adquirido en 1958 (y creada su Hermandad) y “El Cristo de la Buena Muerte” adquirido en Olot (donación de D. Agustín Bados Palau).